DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN

RED NACIONAL DE DOCENTES DE ESPAÑOL

(REDNADE)

 

25 de abril: Día del Escritor y la Escritora Panameños.

 

Cada 25 de abril se conmemora en nuestro país el Día del Escritor y la Escritora, establecido según Ley 14 del 7 de febrero de 2001; fecha en que también se conmemora el natalicio de uno de los máximos exponentes de nuestra literatura a nivel nacional e internacional, Don Rogelio Sinán, seudónimo de Bernardo Domínguez de Alba, con el que firmó sus obras de incalculable valor tales como: Plenilunio, La Boina Roja, Semana Santa en la Niebla, La Isla Mágica, entre otras; y con las cuales en su momento, rompió todos los esquemas y nos continúa fascinando hasta nuestros días.

 

Y es que el oficio de escritor, aun cuando no exista propiamente un título académico, es uno de los más exigentes; de allí que el gran Vicente Huidobro afirmara que “el escritor es un pequeño dios”: pues las características y capacidades que deben acompañar a quien elija esta encomiable profesión, son excepcionales: su creación debe conmover, impactar, inquietar , transformar vidas, romper límites de espacios y tiempo; solo así podrá obtener el título de: “obra literaria” y a él, entonces, se le podrá llamar “escritor”. Ya lo afirmó el gran Gustavo Flaubert: el escritor debe “esforzarse por llegar  al alma de las cosas”.

 

Por lo tanto, la fecha, además de estar cargada de simbología por coincidir con el nacimiento de tan ilustre precursor de nuevos rumbos literarios, es un acontecimiento que debemos celebrar como un deber insoslayable; pues es la gala de la creatividad y del conocimiento, transmitidos de manera especial a través de la palabra escrita; ya que el presente y el futuro de la especie humana, depende de la capacidad de heredar a las nuevas generaciones cultura, conocimientos, experiencias, ideas, análisis y del amor a la lectura que les podamos inculcar.

 

Por ello, la mejor manera de celebrar este día es la apropiación de leer ese legado que nos regalan nuestros escritores, como  valiosa forma de multiplicar a la humanidad sus aportes; tarea que no es ni puede ser exclusiva de las instituciones educativas, sino la de cada barrio, la de cada familia, la de cada individuo.

 

Rindamos, por siempre, homenaje de respeto y admiración a la irremplazable contribución de los creadores del progreso social y cultural: nuestros escritores y escritoras.